24.2.06
EL COCHERO DE DRACULA
Es que pasan muchas cosas en mi barrio.
Y me encanta.
Es alegre, muy muy vivo, hay mucha luz y mucha gente llana.
Solo llevo un año y medio y me siento en casa.
Mi niña fué monísima de la muerte a la boda, parecía una mujer.
Tiene más tetas que yo y me lo recalca a diario.
Me enseña sus manzanas y se ríe de mis higos chumbos.
En la boda lució tipo quinceañero y dice que ligó cantidubi.
Con viejos y jóvenes. No me queda na...
Pues bien, voy a la tintorería a llevar su traje quinceañero.
Veo tras el cristal que no hay nadie en el mostrador.
Entro y cierro tras de mí.
Al girarme ha aparecido de la nada un tío horrooooroso con la cabeza alargada y el pelo negro sobre la cara.
No puedo evitar dar un salto al verlo.
El cochero de Drácula. Serio. Expresión ida.
Mis manos en el pecho mientras sale un sonido gutural de espanto de mi garganta.
Digo: AY QUE SUSTO!
lo digo bien fuerte, me sale del alma.
y ya no me acuerdo qué más gilipolleces dije pa arreglarlo.
La he cagao y no hay remedio.
El cocherotintorero no se inmuta, me mira inexpresivo y dirige su mirada lentamente hacia el traje.
Debe estar acostumbrado.
Seguro que todo el mundo entra en la tintorería y como mínimo tiembla y parpadea.
Cuando salgo miro a través del cristal.
Ya no está. Debe haber vuelto al ultramundo.
Dice la frutera que una mujer entró y ya nunca más volvió a salir de allí.
A ver quien tiene guebos de recoger el traje el miercoles.
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