De nuevo en el marco incomparable de mercadona, encuentro a diestra y siniestra a exalumnos del centro de discapacitados. Matildo, el de los labios de Angelina Joly, y su novia Clarabel, pasean lentos, con la mirada dormida. Mi hijo siempre nos observa interesado mientras hablamos. Le llama la atención que personas adultas hablen como niños. Matildo insiste en que vea la película del martes, protagonizada por Burt Lancaster. Su acento catalán y su voz de locutor de radio me hipnotizarían, si no fuera porque mi atención se posa en sus gruesos labios habitados.
Nos despedimos. Mi hijo de 9 años y yo vamos a la zona de la carne. Allí encontramos a una vecina de unos 60 años, que hace tiempo que no veía. Mientras hablamos de cosas sin sustancia, mi hijo la observa. Esta señora habla como anda, con lentitud de tiempo parado. Me alegro de verte, igualmente, hasta luego, adios.
Mientras cojo las chuletas, mi hijo arroja la pregunta: Esta también era alumna tuya?
Exploto en risas. Para él en Mercadona cualquiera puede ser un exalumno mío. Detectarlos es un reto.
Lo que no sabe es la cantidad de "exalumnos míos" que se va a encontrar en la vida.
6 comentarios:
Yo también soy exalumno tuyo.
A mí me hubiera gustao serlo, pero creo que no lo fui.....yo tuve una profe en primero de las que nos pegaban reglazos en lamano cada vez que nos equívocábamos....entonces no lo podía entender..ahora la entiendo. Cuando los míos me sacan de quicio, también me entran ganas.....pero claro, 5 años de carrera me impide hacer algo tan sencillo
te publico toa
mercadona: punto de encuentro
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