Nadie pudo sospechar que iba a hacer su presencia en la mesa una teta.
La conversación sobre política, en todo su esplendor, fué interrumpida súbitamente por un trasiego de susurros que acercaban las cabezas:" se le ha salido una teta, se le ha salido una teta, cómo?, que se le ha salido una teta.." La propietaria de la teta charlaba animadamente sobre Rajoy y su puta madre con el único comensal masculino de la mesa. Las demás los mirábamos horrorizadas.
Plano general de seis comensales en un restaurante,
plano medio de dos comensales con teta fuera,
plano detalle de ojos de protagonista masculino,
plano detalle de teta en cuestión..
Parece ser que dicho comensal consiguió tras heroico esfuerzo mantener la mirada en los ojos de la tetona; sólo le separaba un palmo de la inquiriosa teta que le sonreía en silencio. El efecto dominó de los susurros llegó al fín a la protagonista: "gilipollas se te ha salido una teta". Rajoy y su puta madre se quedó congelado en sus labios, pero en décimas de segundo, ya estaba zapatero en la entetada convesación. Nadie hubiera dicho nunca que por allí había pasado una teta. Con maestría fué guardada la puñetera y las demás salimos al quite de la conversación con sospechosa fruición.
Nunca sabremos con certeza si el único hombre percibió el tono playero del seno curiosón.
Pa mí que sí..
3.8.06
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Ay niña, te codeas con las altas esferas...
Publicar un comentario