PAStillaS

Delante de mí en la caja del super, tuve la oportunidad de mirar y remirar sus arrugas, sus manos, su enorme parecido el uno con el otro. El matrimonio de viejos llevaría toda la vida sin separarse ni un minuto, sus movimientos vistos en conjunto eran coordinadísimos: ella metía las cosas en la bolsa con lentitud exasperante, él la vigilaba mientras revolvía el monedero con parsimonia insufrible... yo detrás ronroneando como un gato observando el tiempo parado..
En el primero vive un matrimonio senil que me da la noche. Les oigo a las 3 de la mañana discutir pegando voces y en lugar de enfadarme me provocan pena y ternura. El insiste en tomarse las pastillas, ella le grita desesperada que ya se las ha tomado. Todas las noches igual. El con la cabeza perdida, ella cuidándolo sin fuerzas, desesperada por no descansar nunca, por tener que tirar de un carro con el que no puede.

No sé, a ver que nos toca, me da un poco de cage.