20.2.09

Leo luego eXisto


Cuando Ketty Jane miró a través de la ventanilla del coche, no daba crédito a lo que estaba viendo: su novio, Janfry paseaba con aire despreocupado por la 4ª Avenida como si no hubiera pasado nada.
Ketty Jane para salir de la perplejidad, rebuscó en el bolso el paquete de Chesterfield y se puso un pitillo en la boca.
- José, pare en cuanto pueda.. o .. no, no pare, siga. Lléveme a casa.
Se encendió un cigarro mientras notaba cómo los ojos se le llenaban de lágrimas. No entendía nada. El verano en La riviera con Janfry había sido delicioso, y excepto una discusión acalorada por una cuestión de celos infundados, todo había ido sobre ruedas.

La dependienta de la floristería Blumie en la 4ª Avenida con Saint Milles Street, miró hacia la puerta al oir el sonido de la campanilla. Al principio no lo reconoció, pero su forma de andar era inconfundible: era él, el mismísimo Janfry Petterson. Se arregó el pelo y se miró en el espejo lateral mientras él se le acercaba.
- Buenos días, quería un ramo de rosas blancas.
Janfry observó cómo otras dependientas lo miraban y cuchicheaban, pero ya se había acostumbrado a ser el centro de todas la miradas y no le sorprendía. En su interior, lo único que le preocupaba era la cena de esta noche con Paula, aquella chica le había dejado fuera de juego, su juventud y belleza no le dejaban pensar en las consecuencias dramáticas para su relación con Katty Jane.
Movió la cabeza para despejar pensamientos desagradables y se centró en el ramo de flores.

Paula vió cómo se iluminaba la luz lateral de su móvil, miró el número entrante y pulsó para contestar.
-Hola katty, sí: picó, no fué dificil, hice exactamente lo que me dijiste y cayó en la trampa sin ningun problema. (Pausa) Sí, ingrésalo en la cuenta que te dí si no te importa, y cuando quieras te cuento los detalles. Hablamos.


El sol daba un color amarillento a las calles de la ciudad donde habían decidido vivir. Katty se pasó la mano por la mejilla mojada tras guardar el móvil en su bolso, se sentía fatal, lo único que quería era llegar a casa y romper recuerdos..

1 comentario:

CurroClint dijo...

Quien pone, fáciles,
trampas al lobo hambriento,
mordida acaba...

(Qué fullera la Katty...)
Mua!