CIBeLES II

Los famosillos que tuve la oportunidad de ver no me impactaron especialmente. Bimba, el mito, cayó del pedestal cuando mirándome a la cara me enseñó su lado más pijo y más altivo. De Ágata estaría hablando todo el día, pero mejor lo resumo: es tonta. Alaska es un encanto, vitorio y luchino atareados pero cercanos, david delfín muy majo. Nieves Alvarez espectacular, y Mar Flores guapísima. Hasta la hija de clintisgud andaba por allí de promoción. Llamó mi atención una señora de unos 60 años que debía haber sido la caña en sus años mozos, pero que ahora estaba tan operada y tan redibujada que parecía una muerta revivida o una muñeca recien inflada. No podia dejar de mirarla. Sus pómulos y sus labios recauchutados me imantaron. Pude ver como reía sin que le saliera una sola arruga y sus dientes eran focos ultrablancos, sentí el horror de tener delante de mí una persona inventada, una persona ahogada dentro de un cuerpo abotargado y artificial. La inquietante sensación de que alguien pedía auxilio desde dentro de ese cuerpo me llenó de angustia y me retiré de ella. Al girar, tropecé con una de las extraterrestres canijas de fémures imposibles, su cadera golpeó mi pómulo, sí, he dicho bien, su cadera mi pómulo, miré hacia arriba y le dije: niña, apunta pa otro lao con los huesos.
Y por supuesto, que sepais, que los que no salimos en la tele no existimos.