Yudigarlan

Mi vida siempre transcurrió a la sombra de mi madre. Es como una BeteDeibis a lo cotorra, le das una oreja y le haces feliz. A veces me llama durante media hora sin que haya dejado que yo emita sonido alguno, y encima me dice: que sosa eres hija.
Ella querría haber sido Ingeniera de Caminos, le gusta más una obra que a un tonto un lápiz y como tiene dinerito pues tira tabiques a diestra y siniestra dando órdenes a los entregados albañiles.
Durante la tarde de ayer se me acopló con mis amigas. Ibamos a tomarnos unas cervecitas y nos la encontramos casualmente, a partir de ahí yo desaparecí, me convertí en polvo, sin coperfil ni nada: deje de existir. Se convirtió en el centro de atención toda la tarde. Mis amigas la escuchaban interesadísimas y yo,resignada, daba sorbos a mi cerveza mientras la sujetaba a dos manos y mirando por encima del vaso a los viandantes.
No es Yudigarlan, ni yo laisamineli, pero como escriba mis memorias se va a cagar.